Los Amantes de Teruel

Los días 15 al 18 de Febrero, Los Amantes de Teruel cobraron vida en las calles de esta bella ciudad, dónde se respiró un magnífico ambiente medieval allí por dónde fueses, y que afortunadamente, una servidora tuvo la oportunidad de ser testigo de todo ello.

Vestida de campesina (no pude ir de arquera) formé parte de una mesnada, (Compañía de gente de armas que antiguamente servía bajo el mando del rey o de un ricohombre o caballero principal) cuyo trabajo era vivir como en el siglo XIII para que los visitantes contemplasen la vida cotidiana de este tipo de campamentos, además de participar en algunos desfiles oficiales; como acompañar a Don Diego en su entrada a Teruel después de los años ausentes por la guerra.

Por ello, nuestra mesnada, protagonizada por el
grupo recreacionista Leo Crucis; formada por gente de Alicante y valencia, representamos a una mesnada al mando del Conde de Morvedre, teniendo que vestirnos como se requería según la época: Los guerreros iban con sus gambesones, sus guantes, sus cinturones con sus espadas enfundadas, sus trajes de cota de malla... – que gustosamente llevaron la mayor parte del tiempo, incluso en los entrenamientos para deleite de los que pasaban – y demás complementos que se ponían para actos oficiales. Y los civiles íbamos con trajes más modestos, con el cinturón donde guardar el dinero, una crespina para protegernos la cabeza del frio y una capa que nos calentaba por la noche.
Se cocinaba en el campamento, disfrutando del sabor de la carne echa con las brasas de una buena hoguera y brindando en vasos de barro con nuestro particular “Pater” que nos bendijo la mesa.

Pero no siempre estábamos en el campamento, todo Teruel estaba repleto de puestos y otros campamentos venidos de toda España repartidos por las calles, y había que verlo y disfrutar de ellos.

Así que en

nuestros descansos, dábamos largos paseos por sus calles, viendo tiendas de platería, de espadas, arcos y flechas, trajes, escudos, juguetes, comida... En algunos hacían juegos medievales, donde la fuerza física era lo que más contaba, mientras que los pequeños disfrutaban con un paseo en poni.

...Había juglares, cuenta cuentos, diversas actuaciones que se hicieron a lo largo de los tres días... Pero había algo que a mi me faltaba por ver, y eran a los arqueros.

¿Dónde estaban los arqueros? No vi señal de ellos ni de Dianas en mis paseos, pero afortunadamente el puesto de flechas y arcos tradicionales estaba al lado de nuestra mesnada y finalmente me encontré con ellos. No era un gran grupo, pero sí que iban magníficamente vestidos. La mayoría de sus flechas estaban hechas a la manera tradicional, igual que sus arcos, que ni siquiera tenían reposaflechas. Eran de Zaragoza, y no era el primer año que iban a Teruel, aunque sí el primero que no les pusieron Dianas para tirar...
No quiero pensar cómo lo hubiese pasado si llego a llevarme mi arco y mis flechas y no tengo a dónde tirar. Seguramente alguno de mis compañeros hubieran querido hacerme de Diana para probar mi flecha nueva (una tradicional de plumas negra y blancas preciosa) con su cota de malla a ver si realmente la traspasaba.

Aún así cabe decir que todo salió bien, y que el tiempo nos acompañó la mayoría del tiempo, quizás alguna llovizna por la noche y la mañana del domingo, pero nada que las capas no pudiesen resistir.

Nos divertimos entrenándonos con las espadas, haciendo un poco el payaso, viendo los arsenales de batalla, haciendo unas pocas actuaciones por las calles... En fin, que durante tres días convivimos como en el siglo XIII con todo lo que ello conlleva, lo bueno y lo malo, entre ello el hecho de enguarrar el campamento como en el siglo XIII y tener que limpiarlo como en el siglo XXI antes de volver a nuestras cotidianas vidas, dejando atrás una época que suscitó muchas historias épicas para aquellos que deseen escucharlas.

Si queréis saber más sobre este grupo de arqueros de Alfajarín (zaragoza), os dejo su Link para que le echéis un vistazo. http://www.arcocamara.com/